miércoles, 21 de octubre de 2009

I Promise You: 01x09

-¿En serio? -preguntó Nick.
-Sí.
-Mucha gente querría estar en tu lugar -dijo agachando la cabeza.
-¿Cómo tú?
No estaba de humor.
-Lo siento, estoy actuando como... no importa, no estoy en mis cabales, ¿me entiendes? Acabo de huir de alguien y le di mucha información.
-Um...
-Lo siento. No te puedo dar más información.
-Bien, no te preocupes. ¿Qué tal si vamos a mi casa para que descanses un rato?
-Claro.
Olvidaba que le había dado a Joe el número de mi celular...
-Lograste escapar... pero te encontraré... -dijo mientras sus palabras se desvanecían y cortaba. Realmente me habían asustado sus palabras. Lo decía como si me iba a ser pagar, como si fuera a pagar muy caro mi huida.
-¿Estás bien? -las palabras de Nick me sacaron de mis pensamientos.
-Em... sí.
-No luces bien. Mírate. Estás temblando.
-No importa. Tengo... Tengo frío
-¿Quieres que te traiga una cobija?
-No, no, gracias.
-¿Segura?
-Sí.
-Bien. Te dejo descansar.
-Gracias... por todo.
Me regaló una sonrisa y se fue.
Media hora después recibí un mensaje de Joe:
Tengo a Sabrina
si quieres saber algo de ella
llamame a este número

Sabrina es una de las pocas amigas que tengo, no la puedo dejar sola, por más que me cueste. Tenía que ir a rescatarle por más miedo que me diera.
Marqué con las manos temblorosas el número de donde provenía el mensaje.
-Ho-hola -tartamudeé.
-Veo que te preocupa esa tal Sabrina -respondió.
-Que ni se te ocurra hacerle daño.
-Tranquila, no le pasará nada... mientras sigas mis instrucciones. Sé dónde estás.
-¿Cómo logras enterarte de todo?
-Tengo... mis contactos.
-¿Qué quieres que haga?
-Quiero que vuelvas a Caracas ahora mismo. Dile a Nick que tienes que irte, que fue un placer conocerlo y que esperas volverlo a ver pronto pero que te tienes que ir, no le digas a dónde ni con quién, él no debe saber nada. ¿Entendido?
-Más claro no puede estar.
Colgué.
Quité las lágrimas de mi cara y me la lavé en el baño que estaba en el cuarto en donde Nick me había dejado descansado. Después de un rato bajé las escaleras y lo encontré preparando comida. Debía de parecer contenta y convenserlo de que todo estaba bien para que yo me fuera dejándolo a él en paz.
-Nick -dije con una sonrisa.
-Hola, veo que ya descansaste -dijo.
-Sí, aproveché y tomé una ducha.
-Genial.
-Nick, lamento decirte pero me tengo que ir.
-¿Porqué? -preguntó él.
-Voy a visitar a una vieja amiga y... necesito ir sola. Lo siento.
Dio un suspiro.
-Bien. Entonces, ¿cuándo te vas?
-Hoy mismo, tengo que ahorrar tiempo. Adiós.
-¿Segura que no te puedes quedar unos días más?
-Segura.
-Sí, adiós...
Salí por la puerta y llegué al aeropuerto, era el modo perfecto de arruinar mi vida salvando a un amiga...

I Promise You: 01x08

-Yo vivía en una ciudad muy intranquila, Nueva York. Mi madre fue la famosa cantante Rossi Savedra. Mi padre era un muchacho alejado de la fama cuando conoció a mi madre. Mi padre era muy guapo aún vive, lejos de aquí pero vive. Ellos dos se conocieron una fría noche de abril, cuando Rossi salía corriendo de un concierto; debes saber que mi madre era una alcohólica y por eso murió tres años después de darme a luz. Mi madre tropezó con Mauricio Martínez, mi padre, ya sabes la típica historia de la famosa cantante que conoce a un chico de ciudad, se enamoran, sale una hija de por medio y... ya sabes esa historia, la que al principio es un amor imposible, como si fuera un amor entre un vampiro y un ángel, ¿me entiendes?
Joseph se limitó a asentir con la cabeza.
-Mis padres me quisieron mucho, no lo niego. Mi madre como ya te dije, no podía dejar el alcohol por más que mi padre le insistiera que yo podía salir mal del embarazo. Después de todo, yo salí bien, no me faltaba nada. Tuve todo lo que quise, ya que mi madre me había heredado todo a mí, nada a mi padre, sólo a mí: su única hija.
-¿Qué pasó con tu padre? ¿Porqué se alejó de tí?
-Mi padre de mi madre sólo quería la herencia, cosa de la que no recibió nada. Yo, por fortuna, me di cuenta de eso antes de que se deshiciera de mí. Por eso Mauricio se está pudriendo en las calles de Nueva York rogando por un centavo a toda la gente que pasa -dije con odio-. Mi madre fue una gran mujer a pesar de ser alcohólica.
-¿Qué pasó después?
Tuve desconfianza de decirle lo demás. Suspiré.
-Conocí a Emmanuel Esquivel.
-Creo haber escuchado ese nombre en algún lugar. Estoy seguro.
Pensó un rato.
-¡Ya sé! -exclamó de repente.
-¿Sí? -inquirí.
-Es un adinerado de la policía aquí en Venezuela. Trabajaba para la agencia de espías de la que yo vengo. Es imposible que él mismo haya matado a mi hermano que también trabajaba con él y lo conocía.
-¿Tan ciego eres? -dije con odio. Me arrepentí de haberlo dejado interrumpirlo cuando yo estaba a punto de empezar a relatarle cómo Emmanuel había hecho para quitarme algunas cosas...
-No soy ciego, simplemente no puede ser.
-¿¡Porqué rayos todos los hombres son iguales!?
Me paré y me alejé de él. No me había dado cuenta por lo enojada que estaba, pero había escapado de Joseph Jonas. Corrí en cuanto me di cuenta. Busqué la casa en la que solía quedarme cuando viví un tiempo en Caracas. No amaba la ciudad, así que tomaría un avión de vuelta a Los Ángeles. No. Sería mejor que no. Él me descubriría si vuelvo a Los Ángeles.
¿A dónde iría entonces?
Pensé en todas mis posibilidades, pero no hallaba una conveniente. Al final acabé optando por ir a Nueva York, no me gustaba la idea de poder toparme con Mauricio Martínez pero tenía que correr el riesgo.
Al día siguiente tomé un avión hacia Nueva York, en cuanto llegué fui a la propiedad que me pertenecía, en donde había vivido los tres primeros años de mi vida... con mis padres.
-Lo siento -dijo un chico al tropezar conmigo.
-No importa.
-¿Eres Kenia Martínez?
-¿Te conozco?
-No creo. Soy Nick. Te conozco por la agencia, eres una de las mejores, ¿no?
-Em... creo.
-¿Qué haces aquí en Nueva York?
-Huyo -dije y después apresuré mi paso, pero Nick me siguió.
-¿De quién?
-Lo siento, información confidencial. Nos vemos.
Caminé aún más rápido pero él no paraba de seguirme.
-Podría ayudarte, tengo una propiedad aquí donde podrías quedarte.
Paré en seco.
-¿En serio? -pregunté.
-Sí.
-En realidad, yo también tengo una casa aquí, pero no puedo fiarme mucho de ella, tal vez mis enemigos vayan por mí ahí. Aunque no creo que sepan que existe esa casa.
-Entonces es un hecho: te quedarás en mi casa.
-Gracias.
-De nada. ¿Sabes? Siempre que tomo un curso para espías nos ponen tu ejemplo, es por eso que te reconocí de inmediato.
-Wow. -No tenía ganas de hablar.
-Lo sé. Eres una espía genial, debes estar orgullosa.
-Ja, ¿de qué? ¿De ser una espía? Ten por seguro que no.

martes, 20 de octubre de 2009

I Promise You: 01x07

-Me voy dando cuenta de que en lo más profundo me duele que me hables así -dije sinceramente. Yo sabía que no mentía, hablaba con la verdad.
-Ninguno de tus trucos funsinará lo sabes, ¿verdad?
-Lo sé y por eso te lo decía. Es nada más y nada menos que la verdad.
-¿Piensas que te creeré?

Pasó creo bien una hora cuando Joseph anunció que habíamos llegado a la agencia donde él trabajaba; esto ya no dependería de él. Tenía que hacer algo para salvarme.
-¿Y si hacemos un trato? -pregunté tratando de ganar tiempo. No tenía ningún plan en realidad.
-Nada me interesa de tí.
-¡Yo no maté a tu hermano, entiéndelo!
-Eso diría cualquier asesino, búscate algo nuevo, ¿sí?
Su humor negro no hacía que me riera ni en lo más mínimo. Tenía que escapar.
-Te conviene escuchar mi plan, ¿sabes?
-Si te escuchara, ¿cerrarías el pico de una buena vez?
-Sí.
-Bien, habla.
-Creo saber quién mató a tu hermano, alguien que me odia con el más profundo odio que jamás pudiera existir y es por eso que no he vuelto a Venezuela en año y medio -dije-. Podría ayudar a vengar su muerte y entonces así ganaríamos lo dos.
-¿Qué ganarías tú? -preguntó Joseph.
-Vengarme de un tipo que nunca me dio la menor confianza posible.
-¿Segura que no es una trampa?
-Cuando quieras puedes comprobarlo.
-Te creeré por última vez.
Soltó mis esposas.
-Por última vez -repitió-, ¿me entendiste?
-Más claro no puede estar.
Sabía dónde podía encontrar a alguien que no daría información sobre Emmanuel, un... ¿cómo decirlo? ¿Viejo enemigo? Sí, éso. Un viejo enemigo.
-¡Kenia! -me saludó una amiga al verme.
-Sabrina, necesito tu ayuda.
-Sabes que puedes pedirme ayuda en lo que quieras...
-Necesito encontrar a Emmanuel -interrumpí.
-... excepto en éso -terminó de decir Sabrina-. ¡¿Te has vuelto loca?! Si tú lo buscas sería como suidarte. Él te odia. Es un asesino por naturaleza. Además, escuché que ahora forma parte de la policía o algo por el estilo.
-¿Estás segura? Necesito encontrarlo urgentemente.
-Sé que se vive en un calle muy famosa de Caracas, pero no sé exactamente de dónde. Podría ser una calle rica aquí cerca o la más alejada de la ciudad, pero puedes preguntar a cualquiera, te darán información. Últimamente se habla mucho de él.
-Bien, muchas gracias Sabrina. Nos veremos luego, te lo aseguro.
-Adiós, amiga -dijo y agregó en un susurro-: ¿Quién es el chico que te sigue?
-Un chico que me caería peor que una patada en una Navidad.
-Uuuuy, se ve que no es de tu agrado.
-Tengo por seguro -dije-. Vámonos ya, Joseph.
-¿Conseguiste lo que querías? -preguntó mientras me seguía hacia la salida.
-No exactamente, pero creo saber dónde se aloja Emmanuel.
-¿Cómo dices que se llama?
-Emmanuel.
-¿Emmanuel... qué?
-Emmanuel Esquivel, es un famoso propietario de por aquí, según sabía; pero le perdí la pista hace tiempo cuando me fui a Estados Unidos, no quería saber nada de él.
-Te conté mi historia -dijo-, pero tú a mi la tuya no.
Supiré.
-Es... algo trágica, ¿qué tal si la dejamos para después?
-No creo que haya después en cuanto atrapemos a quien juras mató a mi hermano.
-Bien. ¿Por dónde comienzo?
-Por el principio, házme el favor.
-Ok. Soy Kenia Carolina Martínez Sabedra y...
Unas lágrimas cayeron de mis ojos por la historia que más tarde estaría revelando a Joe de cabo a rabo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Fotos de "The Vampire Diaries"





























I Promise You: 01x06

-¿Y qué piensas hacer conmigo? -pregunté vagamente. No me interesaba, en realidad desde que soy espía mi vida se ha arruinado. Todo por la estúpida agencia.
-Lo sabrás a su tiempo.
-¿Cuánto tiempo?
-¡Deja de hacer preguntas, ¿quieres?!
-Ash -me quejé.
-¡¿Sabes qué?! ¡Ya me harté de tu actitud! ¡Si no quieres hacerlo por la buena, lo harás por la mala! ¡¿Ok?!
No creía que Joe fuera así. Ahora sí me daba miedo, ¿entonces porqué cuando me gritó no me asustó? No tenía la fuerza suficiente como para hablar. ¿Podía ser posible que me doliera que Joe me gritara?
-No sabía que te gustaba gritar -atiné a decir.
-No sabes nada de mí -dijo en un tono frío y sombrío.
Durante el camino no dejaba de mirarlo friamente, me causaba tanta rabia saber que el chico divertido que había conocido hace algunos días había desaparecido.
-Bien -dije finalmente.
Volteó a verme, pero era muy tarde, de él se había apoderado la sed de venganza. No dijo nada en absoluto.
Llegamos al aeropuerto, Joseph lo hacía aporpósito, si le decía algo a alguien descubriría que yo era una espía. Era un plan muy bueno el que había pensado el chico que tenía a un lado.
Me quitó las esposas y me tomó de la mano fingiendo que yo era su novia para que nadie sospechara nada, lo peor era que yo tenía que seguirle su juego.
Una vez arriba en el avión, sentada en mi asiento a un lado de Joseph pregunté:
-¿A dónde vamos?
Como pensé, no obtuve respuesta.
El viaje se me hizo una eternidad, no podría asegurar cuánto tardamos en llegar a Venezuela pero al fin y al cabo llegamos.
-Bajarás el avión como si fueramos los esposos más felices del mundo, ¿me entendiste? -dijo apretando mi muñeca demasiado fuerte.
-Sí, au... au..., ¡me lastimas! -dije en apenas un susurro.
-Pues en realidad no lo siento -dijo en un tono tan frío que nunca le había escuchado ni al más vil de los villanos con los que me había topado, me dolía que me hablara así y... no sabía porqué exactamente.

sábado, 17 de octubre de 2009

I Promise You: 01x05

#Narra Kenia


No lo vi por dos semana pero igualmente estaba alerta.
Un día cuando estaba en mi casa, sentada leyendo un libro.
-Kenia, Kenia, Kenia Martínez.
-Sabía que no te darías por vencido -dije.
-Entonces eres adivina.
-Varias personas me lo han dicho.
-Pues entonces me sumo a esas personas.
Suspiré.
-¿Qué quieres?
-¿Te atreves a preguntar?
-Creo que sí -contraataqué.
Escuché cómo preparaba la pistola detrás de mí.
-Házlo ya si lo vas a hacer.
Oí cómo suspiraba.
Tenía miedo, sí, pero no tanto como para no mantener mi dignidad e ir a rogarle que no me matara.
-Sabes mucho sobre Venezuela, me gustaría que charlemos sobre Estados Unidos antes de matarte.
-No diré ni una palabra y lo sabes muy bien.
Me paré cuidadosamente, tal vez si le mantenía el juego un rato podría escapar. Dejé el libro en el librero.
-¿En serio? ¿Quién te lo asegura?
Joe no bajaba la pistola.
-Yo me lo aseguro.
-Di lo que sabes o mueres.
-No le tengo miedo a la muerte.
-¿En serio? -preguntó divertido.
-Sí.
Hubo un silencio en el que ninguno de los dos habló.
-Tal vez si tan solo no hubieras sido Kenia Martínez, hubiera pasado algo entre nosotros.
-Ja, ¿crees que quise alguna vez quererte?
-Te engañas a ti misma diciéndote que no.
El chico de 25 años que tenía enfrente no podía decir la verdad, no.
-No he tenido un amor en 10 años, ¿qué te hace creer que me iba a enamorar de ti? Además, ¿no estabamos en otra cosa? De esto no estabamos hablando.
-Tienes miedo de admitir que estás enamorada.
Por primera vez bajó la pistola, era ahora o nunca.
Tenía un plan, que de seguro iba a funcionar.
Me acerqué a él como si quisiera besarlo. Antes de que estuvieras demasiado cerca pregunté:
-¿Qué pasa si admito que te amo.
Joseph pasó saliva nerviosamente.
-Decide tú -dijo.
Me acerqué aún más y lo besé. Lo que sentí fue impresionante pero yo no podía estar enamorada de un espía venezolano que quería matarme.
Tomé la pistole y me separé de él.
-No es tan divertido si estás del otro lado, ¿verdad? -dije.
-Todo era un plan, ¿verdad? Desde que me conociste, ¿no? Desde que dije que te buscaba, ¿cierto?
Me sentía mal por él, al parecer sí me amaba. Tuve la idea de bajar la pistola pero, ¿qué tal si estaba mintiendo? No me salía una sola palabra.
-Sí -atiné a decir.
-¿Sabes? Preferiría que me mataras ya.
-No soy capaz de matar a alguien.
-Ja, fuiste capaz de matar a mi hermano.
-¡Yo no lo maté! ¡Fui a Venezuela, pero nunca maté a nadie! ¡Nadie! ¡¿Lo comprendes?!
-Bien, asesina y actriz.
-Que no se te olvide que también reportera y puedo decir muchas cosas de tí, así que mejor ya cierra la boca y véte de aquí.
-No me iré aunque me des un tiro.
-Si no lo haces es lo que voy a hacer.
-Ja, házlo.
Lo miré fijamente. Decidí que sería mejor irme yo. Nada en la casa era demasiado valioso. Abrí un cajón sin dejar de apuntarlo y tomé un fajo de billetes.
-¡Ja! ¿Piensas sobornarme? De verdad que esto es muy divertido.
-No pienso sobornarte.
-¿Entonces? ¿Le darás a alguien dinero para matarme porque tú no quieres hacerlo?
-Tampoco. Tus ideas son muy erróneas.
-Bien, ya lograste confundirme, pero estoy seguro que lo que se te ocurra me hará reir.
-Pues no me interesa.
Abrí otro cajón y Joe se abalanzó contra mí.
-Esa no es la forma de tratar a una mujer -dije.
Me quito la pistola.
-Ya me cansé -dijo-, si tú no quieres decirme nada, te llevaré con un amigo que de seguro te hace soltar la sopa.
-Házlo, no me interesa.
Me obligó a caminar hasta su coche, él tuvo la suerte de que no había nadie en la calle para verlo. Me había puesto unas esposas y ahora entrabamos en su coche...

I Promise You: 01x04

#Narra Kenia
Esa noche dormí tan tranquila como ninguna otra. Era increíble que Joe fuera así. No estaba segura de que él era un espía pero tenía que averiguarlo.
Cuando me levanté le mandé un mensaje para verlo en un puesto de helados que estaba cerca de mi casa. Charlamos de cosas sin importancia.
-¿Tienes novio? -me preguntó Joe de repente.
-No. Em... ¿tú?
-Tampoco, no tengo tiempo para eso.
-¿Porqué no?
-Porque... no sé si debería contártelo.
-Está bien, no tienes porqué hacerlo.
Me dedicó una sonrisa.
-¿Para qué buscabas a esa tal Kenia Martínez?
-¿Porqué preguntas?
-Es que creo que he escuchado su nombre en alguna otra parte.
-¿En serio? ¿Dónde? -dijo entusiasmado.
-No recuerdo exactamente dónde.
Joe suspiró.
-Lo siento -me excusé.
-No importa.
Hubo un silencio incómodo en el que ninguno de los dos habló y yo sólo me limité a mirar el suelo en donde había pisado hace unos cuantos minutos antes.
¿Porqué rayos me inspiraba compasión en estos momento Joe? ¿Porqué? Tal vez porque cuando le había dicho que había escuchado el nombre de Kenia Martínez se había emocionado. Nada me decía que él era un hombre malo de Venezuela. En Venezuela también puede que haya hombres buenos.
Suspiré.
-Joe -lo llamé.
-¿Sí? -preguntó.
-Necesito decirte algo que creo que es conveniente que te diga.
-Te escucho.
-Ayer no te conté la verdadera historia.
-¿Cómo? -preguntó confundido.
-Yo soy reportera, pero no es por lo que me pagan. No me llamo Carolina, bueno sí, pero es mi segundo nombre.
-¿Entonces cómo te llamas?
-Kenia Carolina Martínez Savedra.
-¿Tú eres Kenia?
-Sí. ¿Ya puedo saber para qué me querías?
-Tú fuiste a Venezuela el año pasado. Mataste a varias personas importantes del país. Mis hermanos no están en diferentes zonas del mundo. Kevin murió por tu culpa y Nick huyó por quedar amenazado. Mi hermano, el menor, Frankie es el único que está cerca de mí. Todo por tu culpa.
-¿Qué?
-Sí, si no pensabas que lo que hiciste tenía consecuencias las tiene.
Dicho esto se fue caminando y me dejó parada como una tonta.
¿Qué yo había hecho qué? ¿De qué rayos me hablaba ese tipo? ¿Yo en Venezuela? Sí, fui en una misión pero nunca maté a nadie ni amenacé a nadie.
Defitivamente no me iba a quedar ahí parada como una boba. Estaba segura que debería estar alerta. No sabía dónde estaba Joe, pero si él decía que yo había matado a su hermano y hecho huir a su otro hermano, no pararía hasta que se vengara de mí. Traducido: no estaré a salvo en ningún lugar mientras él no sepa la verdad.
Pagué los helados y me fui caminando hasta mi casa pensando en las cosas que debería estar pasando Joe en estos momentos...